5 de la tarde, un silencio no habitual me llamó la atención. Una patrulla bloquea el acceso a mi calle. Ahí, enfrente de la puerta de mi casa estaban los dos policías, una patrulla judicial y una camioneta negra con equipo forense. Tirada en el suelo una motocicleta, y una mujer con bata blanca tomando las huellas digitales del casco.
- Oiga, ¿qué pasó aquí? ¿qué están haciendo?
Aquel hombre moreno se acerca y me contesta en voz baja: "Hubo un asalto"
- ¿Y la moto? Eran dos y se dieron a la fuga. La señora se murió.
- ¿A la que asaltaron? ¿Le dispararon?
-Sí, esque no podemos estar en toda la colonia... cuando llegamos ya se habían echado a correr.
- ¿A qué hora fue esto?
- Hace como tres horas, como a las 2.
- A la hora de la salida de la escuela... ¡qué linda ciudad!, verdad?
- La ciudad es linda, la gente no.
- ¿con la moto que dejaron aquí, encontrarán a estos tipos?
- Con las huellas, eso es lo que vamos a ver.
C.S.I. México, en la puerta de mi casa.
2 comentarios:
Presenciar el espectáculo desde tu ventana ha de haber sido toda una experiencia...
Este tipo de situaciones seguramente son totalmente comunes y constantes sobretodo en una ciudad como la nuestra, lo que no es cotidiano al menos para nosotras, es vivirlo tan de cerca.
Yo creo que la televisión nos tiene acostumbrados y muy familiarizados a todo tipo de violiencia desde las series gringas hasta los noticieros.
Claro, en la tele he visto incontables asesinatos, robos y muertos. Pero verlo tan cerca, aunque sea sólo "la escena del crimen" es una experiencia perturbadora.
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