12/08/2008

El buen canario


El escenario del Teatro de los Insurgentes es el hogar de una pequeña pero singular criatura: El Buen Canario. Una historia “de honestidad brutal” como la califica su elenco, escrita por el dramaturgo y guionista Zach Helm (Más extraño que la ficción). Esta pieza se estrenó en 2007 en París bajo la dirección de John Malkovich, donde ganó tres premios Molière, y ahora está en la Ciudad de México, donde ha podido confirmar que el talento para destilar buenas actuaciones traspasa las barreras del lenguaje.

Irene Azuela interpreta a Annie, quien dedica su vida a tomar anfetaminas y limpiar su casa, mientras su obsesión por estar delgada crece y su salud mental se deteriora. Su esposo es Jack (Diego Luna), un escritor a punto de conseguir el éxito cuando recibe la primera, y muy positiva, reseña de su primera novela. Sus vidas, y la del pequeño editor de Jack (Daniel Jiménez Cacho), están por cambiar ante la influencia del crítico Andrew Mulholland (Bruno Bichir) y el interés de un editor importante.

Bajo esa premisa, lo que se desarrolla es una historia de amor violento y complicado, incapaz de sobrevivir ante la dependencia y la culpa. Malkovich dice que el amor a veces no es todo, no es suficiente, y en ese sentido la obra es una respuesta a la canción de The Beatles, "All you need is love". También es una reflexión sobre la condición femenina, el machismo, la identidad y la fama; esto a partir del mundo literario, donde el éxito de un autor la mayoría de las veces es definido por las críticas.

Con la destacable escenografía de Pierre-François Limbosch, la cual consiste en pocos muebles y seis cubos donde se proyectan imágenes, se ubica el universo exterior e interior de los personajes. Una producción impecable de Canana (de Gael García y Diego Luna), Retrolab y Mr. Mudd (de John Malkovich, entre otros) que conjuga todos los elementos sobre el escenario para atrapar al público durante dos horas.

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